Cómo dejar de pensar demasiado y recuperar el control

Fuente de la Imagen: mohamed_hassan de Pixabay

Todos queremos vivir una vida sin estrés ni preocupaciones. Pero a veces puede resultar difícil cuando estamos constantemente dándole vueltas a las cosas. Pensar demasiado puede provocar mucho estrés, ansiedad y depresión además de falta de concentración y sensación de agobio. Pero con las estrategias adecuadas, es posible aprender a dejar de pensar en exceso y recuperar el control.

Libros como

ofrecen una guía para eliminar los pensamientos excesivos y concentrarnos en aquellos que son útiles para nuestra vida

El pensamiento excesivo

Pensar demasiado es el hábito de mente que nos mantiene encerrados en patrones de pensamiento repetitivos. Se trata de una preocupación excesiva por pasados, presentes y futuros acontecimientos, donde solemos centrar nuestro énfasis en los resultados potencialmente peores para nosotros mismos. Esto puede llevarnos a sentirnos presionados, ansiosos y deprimidos lo que nos genera estrés, ansiedad y depresión. A menudo buscamos encontrar la solución perfecta para los problemas pero poco realistas. El miedo es uno de los motivadores principales para ellos. Este temor nos hace tratar de controlar todos los aspectos que rodean una situación, sin darnos cuenta que estamos deteniendo nuestro progreso al no tomar ninguna acción efectiva.

¿Cuáles son las causas del pensamiento excesivo?

Uno de los principales motivos del exceso de pensamiento es el perfeccionismo, ya que nos empuja a establecer metas poco realistas. Ser perfecto no es algo factible y tener confianza en uno mismo ayuda a evitar caer presa de éstas expectativas. La falta de confianza en uno mismo también contribuye al exceso de pensamientos, haciéndonos cuestionar cada decisión que tomamos. Finalmente, el estrés y la ansiedad son otros factores importantes, impidiéndonos estar plenamente presentes. Estas situaciones generan preocupación por el futuro y hacen que nos obsesionemos con los detalles sin fundamento.

Cómo dejar de pensar en exceso

El primer paso para dejar de pensar en exceso es reconocerlo. Cuando note que está pensando demasiado, dé un paso atrás e intente identificar la causa. ¿Es el miedo, la falta de confianza en uno mismo o el estrés y la ansiedad? Una vez identificada la causa, es más fácil encontrar una solución.

El siguiente paso es cuestionar tus pensamientos negativos. Es importante reconocer cuándo tus pensamientos son irracionales o poco realistas. Por ejemplo, si te preocupa algo que aún no ha ocurrido, intenta recordarte a ti mismo que puede que nunca ocurra. Esto puede ayudarte a ganar perspectiva y romper el ciclo de pensar demasiado. Enfatizo la frase puede que nunca ocurra porque siempre nos preocupamos por cosas que todavía no ocurrieron y puede que nunca pasen. El pensamiento de «qué pasaría si…» siempre nos hace pensar demasiado y por lo general la mayor parte de las veces nos situamos en el peor de los escenarios. Cuando llegamos a ese punto, debemos poner una pausa y reflexionar en nuestra situación.

Formas prácticas de dejar de pensar en exceso

Una vez que hayas identificado la causa y te hayas enfrentado a tus pensamientos negativos, puedes tomar medidas prácticas para dejar de pensar en exceso. Practicar la atención plena puede ser la mejor forma de lograrlo. La atención plena hace énfasis en estar presente y centrar tu atención aquí y ahora, sin juzgar los pensamientos o sentimientos. Esto ayuda a ser más consciente de ellos y romper el ciclo negativo del pensamiento excesivo. Escribir tus ideas en un diario es otra estrategia útil para desarrollar una mejor comprensión de tu proceso mental. Esto lo lleva incluso más allá al permitirte identificar patrones recurrentes y desarrollar estrategias para lidiar con ellos.

La rumiación es cuando nos centramos en nuestros pensamientos y sentimientos negativos durante demasiado tiempo. Para dejar de rumiar, practique redirigir sus pensamientos hacia algo más positivo. Otra herramienta que te puede ayudar a evitar el exceso de rumiación es limitando el tiempo del que te rodeas con tus pensamientos negativos, al mismo tiempo dirigiendo tu energía hacia algo positivo. Practicando estas herramientas podrás aprender maneras mejores de controlar el proceso cognitivo, deteniendo el excesivo procesamiento mental.

Reconocer y cuestionar los pensamientos negativos

Uno de los pasos más importantes para aprender a dejar de pensar en exceso es reconocer y cuestionar los pensamientos negativos. Los pensamientos negativos pueden ser muy poderosos y hacer que nos sintamos abrumados. Puede ser útil reconocer cuándo se están teniendo pensamientos negativos y cuestionarlos. Pregúntese si el pensamiento es cierto y si es útil. Si no lo es, intente sustituirlo por un pensamiento más positivo.

También puede ser útil practicar la autocompasión. La autocompasión es el acto de ser amable con uno mismo y comprender que está bien cometer errores. Puede ayudarte a ser más comprensivo con tus pensamientos y sentimientos y a ser más indulgente contigo mismo.

Técnicas de autocuidado y relajación

Otra forma de dejar de pensar en exceso es practicar el autocuidado y las técnicas de relajación. El autocuidado es el acto de dedicarse tiempo a uno mismo y participar en actividades que le aporten alegría y relajación. Esto puede incluir cosas como la meditación, el yoga, la lectura, tomar un baño o dar un paseo. Dedicar tiempo a uno mismo puede ayudarle a relajarse y a ganar perspectiva.

Las técnicas de relajación como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la visualización también pueden ser útiles para reducir el estrés y la ansiedad. Estas técnicas pueden ayudarle a centrarse en el momento presente y a relajar el cuerpo y la mente.

Establecer objetivos realistas

Uno de los pasos más importantes para aprender a dejar de pensar en exceso es fijarse objetivos realistas. Cuando nos fijamos objetivos poco realistas, podemos tener sentimientos de fracaso y frustración. Esto puede llevarnos a pensar demasiado y a rumiar. Para evitarlo, es importante fijar objetivos realistas que sean alcanzables.

También es importante practicar la autocompasión a la hora de fijar objetivos. No pasa nada si no alcanzas tus objetivos de inmediato. Sé amable contigo mismo y comprende que no pasa nada por cometer errores.

Aprender a establecer prioridades

Aprender a establecer prioridades es otro paso importante para dejar de pensar demasiado. Cuando no priorizamos nuestras tareas, podemos sentirnos abrumados y fuera de control. Para evitarlo, es importante priorizar las tareas y centrarse primero en las más importantes.

También puede ser útil dividir las tareas en partes más pequeñas y manejables. Esto puede ayudarle a sentirse más en control y evitar que se sienta abrumado.

Crear un plan para controlar el estrés

Por último, es importante crear un plan eficaz para controlar el estrés. Es fundamental identificar las principales causas de este mal y encontrar formas adecuadas para combatirlo. Dormir lo suficiente, llevar una dieta sana, practicar ejercicio con regularidad y tomar descansos de vez en cuando ayudaran a disminuir el estrés y los pensamientos negativos que vienen con él. Ocuparse en cosas productivas también evita que los pensamientos negativos abrumen la mente. Además, es importante desarrollar técnicas como la respiración profunda, la meditación o cualquier otra forma de relajación para controlar el estrés en el momento. Finalmente, cuidar la salud mental es clave: hablar con amigos, terapeutas u otros profesionales; realizar actividades divertidas que produzcan felicidad… son algunas de las posibles soluciones.

Conclusión

Aprender a dejar de pensar en exceso y recuperar el control puede ser difícil, pero es posible. Es importante reconocer cuándo se está pensando en exceso y cuestionar los pensamientos negativos. También puede ser útil practicar la atención plena, llevar un diario, limitar la rumiación y establecer objetivos realistas. Por último, es importante practicar el autocuidado, las técnicas de relajación, priorizar las tareas y crear un plan para gestionar el estrés. Con las estrategias adecuadas, es posible aprender a dejar de pensar en exceso y recuperar el control.

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